domingo, 20 de enero de 2013

El Tabaco.




El tabaco fue casi una de las primeras plantas que hombre cultivó. Desde hace 18,000 años se puede decir que es definitorio del género humano. Y, hace 5000 que se comenzó a cultivar en algún lugar entre Perú y Ecuador. Lo usaron los chamanes en ritos espiritosos con fines curativos y para ahuyentar los males psicológicos. El humo del fuego, en las sociedades del paleolítico, era un elemento divinizador, de ensoñación onírica.
Los ingleses, en sus escuelas, practicaban con sus alumnos la práctica de fumar en pipa. Al tabaco se le dio una dimensión casi todo poderosa, el que fumaba, planchaba bien. Dio y da buenos dividendos y, ahora daña nuestro cuerpo y sanidad. Es malo. Pero esto ya lo decía en el 1603 Jacobo I : al subir al trono recomendó a sus súbditos de forma enérgica; renunciar al tabaco en beneficio de vuestro cuerpo y alma. En fin, la cosa ya no es nueva. Cuando es negocio, la moral y la ética se interpreta como se quiere. Al traste con ellas.
El tabaco fue implantado en la sociedad Europea del siglo XVI, apoyado sobre todo por la publicación del libro Historia medicinal  de las cosas que se traen  de Nueva España, del médico sevillano Nicolás Mornades. Libro que se convirtió en cabecera  de las compañías Philip Morris, Reynols o, Altadis , en toda la historia del tabaco jamás ha existido semejante apología de esta planta.......  continuará.